«Es muy gratificante saber que el magnífico edificio llamado «La casa de los pavos reales», en Rivadavia al 3200, ha sido restaurado y se le brinda protección. Parece que se cumple aquello de que nadie es profeta en su tierra: fue un neoyorquino quien transformó uno de sus departamentos -la casa había sido construida por Virginio Colombo para utilizar como edificio de rentas- en uno de los mejores bed and breakfast de Buenos Aires.
«Lamentablemente, no está teniendo la misma suerte la otrora bellísima Confitería del Molino, obra de Gianotti y orgullo de los porteños. Quien visitara Buenos Aires, admiraba la elegancia de su esbelta torre, donde giraba hasta hace ya unos cuantos años ese molino encantador.
«Dicen que el turismo es la industria sin chimeneas. Deberíamos cuidar estos tesoros que supieron embellecer la ciudad. El gobierno ha rescatado con todo su antiguo esplendor el Teatro 25 de Mayo y ello es muy valorable. Para la Confitería del Molino, ¿no habrá alguna empresa privada que pueda emprender su restauración? Tal vez pueda devolver a la esquina de Callao y Rivadavia su antigua y merecida lozanía.»
Rosa de la Fuente
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