Las siete organizaciones de la colectividad italiana que el 7 de junio presentaron un amparo para impedir el traslado del monumento a Colón ampliaron el pedido de la medida cautelar: quieren que la estatua sea puesta de pie en su emplazamiento original.
Ayer, a través de sus abogados, Alejandro Marrocco y Darío Ventimiglia, aquellas asociaciones pidieron al juez en lo contencioso administrativo Enrique Lavié Pico que se vuelva a colocar la figura del navegante en su posición original. También, que se establezca un cordón de la Policía Metropolitana para evitar que partes del monumento sean retiradas de la plaza Colón y que los equipos utilizados para desmantelarlo sean retirados. Además, reclamaron que fije una caución de 100 millones de pesos al Gobierno y a las empresas que están trabajando en la remoción del monumento para responder por los daños que se hubieran ocasionado o pudieran ser provocados por el desplazamiento de piezas.
En su escrito reclamaron que se prohíba a la Nación llevar adelante cualquier trabajo preparatorio o definitivo para emplazar la estatua de Juana Azurduy en el lugar de la de Colón hasta tanto haya una sentencia definitiva en caso.
Anteayer, los letrados habían presentado un escrito acompañado por una nota publicada ese día por la nacion, en la que un arquitecto especialista en patrimonio, responsable de un informe sobre la factibilidad del proyecto, advertía sobre el riesgo de colapso del monumento y del peligro que significaba -por las características del mármol en el que fue tallada- que la figura del navegante estuviera en posición horizontal.
Por eso pidieron que, «con carácter urgentísimo, se disponga que la estatua sea colocada en la posición originaria, o sea vertical, y sobre el pedestal que tuvo hasta el sábado [pasado], y que cualquier trabajo de apuntalamiento y/o refacción que pueda necesitarse se realice en tal posición y lugar».