El gobierno porteño insiste en no cumplir con San Telmo, mientras Basta de Demoler descubre cómo hicieron para autorizar el edificio junto a Santa Catalina.
Basta de Demoler acaba de presentar ante la Justicia una ampliación de argumentos para impulsar la medida cautelar para evitar el bodoque que quieren construirle al ladito de nuestro convento de Santa Catalina. Lo que logró establecer la ONG es la “inaudita” manera en que se permitió la obra en el estacionamiento que tomaba Reconquista de Córdoba a Viamonte, subiendo media cuadra en ambos lados rumbo a San Martín. El proyecto es una mole que toma la cuadra entera, con 60 metros de altura, varios subsuelos de cocheras y casi 46.000 metros cuadrados.
El misterio es por qué este terreno no figura en el listado del Area de Protección Histórica Catedral Norte. La respuesta es simple: sí figura. Cuando se votó en primera lectura el proyecto de ley 2718/09 el lote estaba claramente incluido. Esto ocurrió el 15 de febrero de 2011, con lo que el lugar debería haber sido inhibido por completo para toda obra. Pero apenas quince días después, el 2 de marzo de 2011, la Dirección General de Interpretación Urbana emite una resolución aprobando el enorme proyecto.
Para mayor misterio, el 26 de octubre de 2011 se vota por segunda vez y final la ley 3943, con el faltante de este terreno. Esto es “ilegal”, según Basta de Demoler y toda lógica posible. Según la ONG, primero se da un permiso que no procede y luego se toma el muy grave paso de sacar el terreno de una ley –cosa imposible de hacer legalmente– para blanquearlo.
Pero hay más. Resulta que el que firmó la resolución del 2 de marzo de 2011 autorizando la obra es el director general Antonio Ledesma. Y el que recibió el beneficio es, entre otros, el arquitecto Roberto Parysow, autor del proyectón en cuestión. Es como mínimo una falta de elegancia, ya que Ledesma y Parysow son socios. Por ejemplo, en 2008 lograron el segundo premio del proyecto para la “adecuación” del edificio del CPAU en la calle 25 de Mayo, junto a Emilio Schargrodsky, Lucía Mazzaglia, Gabriel Galván y un equipo de catorce arquitectos y dos ingenieros. De paso se señala que Ledesma ya era funcionario público en ese momento…