Desde esta ONG se publicó el Libro “Salvemos Buenos Aires”: Una publicación con aportes y propuestas para el manejo y la conservación del patrimonio arquitectónico de la Ciudad y que claramente ayudarían a resolver la problematica de este vecino del casco histórico de San Isidro.
El negocio de demoler
Señor Director:
«Vivo en el casco histórico de San Isidro, donde he salvado una casa de su demolición segura. No basta con prohibir las demoliciones. Tiene que aparecer el propietario dispuesto a invertir en la recuperación de la casa, lo que le costará dos o tres veces más que demoler y construir de nuevo.
«En el casco histórico los propietarios de las principales casas rescatadas actuamos por propio impulso. Después vino la ordenanza protegiendo el área, que por lo menos nos puso a cubierto de la construcción de rascacielos en el terreno de al lado, pero sin darnos beneficio alguno en cuanto a tasas municipales. Los rascacielos se construyeron a un par de cuadras y nos dejaron sin agua y con las cloacas que rebasaban a la calle.
«Treinta años después el problema se vuelve a plantear, ya que en no mucho tiempo cada una de nuestras propiedades pasará a varios herederos, ninguno de los cuales tendrá mayor incentivo para encarar las obras de mantenimiento necesarias para aguantar otra treintena.
«En la ciudad de Buenos Aires el problema es aún más complicado porque muchas de las propiedades que hay que salvar están divididas en propiedad horizontal. Además de la prohibición de demoler, hace falta el incentivo fiscal para que sea negocio no hacerlo.»
Roberto Roth
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