BARES EN LAS PLAZAS
¿Qué mejor lugar que una plaza para poner un bar? ¿Quién puede dudarlo? Contarán con baños públicos (¿o serán «solo para clientes?»), camiones proveedores, cajones y depósitos de basura. Crecerán como crecen todos los edificios con espacio alrededor. Abundan los antecedentes. Los bosques de Palermo han sido invadidos permanentemente por los sucesivos gobiernos de la ciudad, violando disposiciones vigentes. En los últimos años las 720 hectáreas originales del parque se redujeron a 120 libradas al público. El último caso -denunciado por los Amigos del Lago de Palermo- es generar «un nuevo polo gastronómico» en el Paseo de la Infanta. Otro caso bastante reciente fue construir sucursales bancarias de hormigón armado, estilo Banco de Londres, en las plazas porteñas. El autor de la idea fue el intendente Suárez Lastra(1987-1989). Los edificios fueron construidos y acertadamente demolidos pocos años después. Extendiendo un poco estas propuestas, todo debería ser instalado en las plazas, hasta completar su desaparición…
El espacio abierto no es percibido como una presencia (precisamente de vacío) sino como una carencia: «¿Que podríamos poner allí?» es la pregunta. Pero el espacio habitable necesita vacíos, plazas, verdes, juego de niños. En nuestra ciudad hace falta más espacio «vacío» y no menos. A la salida del cine necesitamos dirigir la vista al cielo y respirar profundo.
Quizá sea por eso que los porteños necesitamos tanto de las «escapadas»: sólo se escapan los prisioneros.
Arq. Rodolfo Livingston
supernova@house.com.ar
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