«Ubicado en la avenida Caseros 2826, el Urquiza se fundó en 1926 y desde entonces representó uno de los grandes polos culturales de un barrio reconocido por su ascendencia maleva. El 6 de julio de 1932, un Gardel en la cima de su éxito cantó sobre su escenario, y poco después actuarían allí Tita Merello y Aníbal Troilo, entre muchos otros. Actualmente queda poco del que alguna vez fue. La marquesina que antes anunciaba a las estrellas del tango hoy la reemplaza el cartel del supermercado chino que ocupa buena parte de su espacio. Y como a los chinos se les acaba de vencer el contrato de alquiler, el destino que amenaza al teatro es el de una demolición inminente.
Al menos, eso es lo que los propios chinos le dijeron a Octavio Martín, joven bahiense que vive a dos cuadras del teatro y uno de los principales defensores del Urquiza. «En la Dirección General de Patrimonio me dijeron, textualmente, que el lugar está «desestimado y no hay vuelta atrás», lo que significa que no hay ninguna protección sobre el predio y no hay manera de cambiar esa situación. Pero yo soy una persona que siempre piensa que algo se puede hacer. No sé de qué manera, pero en un barrio que no tiene cines ni teatros, ¿por qué habría que dejar que este patrimonio histórico y cultural desaparezca?», dijo Martín a LA NACION.»
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