«El sentido del humor no parece ser una de las facetas más destacables de Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete porteño, aunque el rictus que lo caracteriza pareciera demostrar lo contrario. Sus declaraciones recientes, afirmando que los vagones La Brugeoise, que desde hace casi cien años corren por las vías de la Línea A del subterráneo, podrían utilizarse para construir un quincho o hacer un asado, demuestran que tampoco tiene otros sentidos aún más deseables en un funcionario público: el común y el de la oportunidad.
Estos vagones que Rodríguez Larreta quiere echar al fuego, demostrando su insensibilidad frente al patrimonio cultural y su desconocimiento de la ley y de sus obligaciones, fueron, como recuerda Alejandro Scartaccini, “los primeros trenes eléctricos de unidades múltiples que circularon en nuestro país”.»