En la última reunión de entidades patrimonialistas realizada en la Legislatura llovieron adhesiones y habló el senador Daniel Filmus para invitar a todos a que la movida siguiera el próximo martes en el Senado y para invitar a que le manden ideas para que el patrimonio figure en los códigos nacionales.
En esta reunión se van a discutir cuestiones de fondo que pueden llevar a que el macrismo tenga que parar las demoliciones por ley de la Nación, que el Congreso de una buena vez compre el edificio de El Molino y que la Comisión Nacional de Monumentos y de Museos y Lugares Históricos cambie completamente su rol, para ser una herramienta en estos temas. A la sesión están invitados actores nuevos, como Carta Abierta.
¿Qué hará el macrismo con estas novedades? Tendrán que armar un guión nuevo, porque hasta ahora no generaron el menor mensaje al respecto. Si dicen, por ejemplo, lo que le dijeron este martes al diputado Julio Raffo, estarán perdidos de toda perdición. Raffo es diputado porteño por Proyecto Sur y firmó el proyecto que sacaba del medio a Capano, lo que le valió duras críticas y hasta un cartel que redefinía a su partido como PROyecto Sur. En su bloque se despegaron rápidamente del tema y Raffo quiso hacer un gesto público hacia el patrimonio, visitando el CAAP en su sesión del martes.
El tema es importante, porque lo ideal para la industria es que el Consejo sesione materialmente en secreto, sin que nadie sepa de qué se habla, cómo se vota, qué razonamientos se siguen. Así puede quedar en el cono de silencio que se quiebra el plazo legal sistemáticamente, creando la agenda un jueves para votar un martes, sin tiempo de investigar nada, ni siquiera mirar los edificios en cuestión. O que se atienden casos viendo las fotos que manda el interesado en demoler, sin poder comprobar siquiera si son del edificio en cuestión o de otro. O que representantes de instituciones dedicadas al patrimonio votan sistemáticamente por las demoliciones.