Patrimonio, imagen e inversiones
«En una columna publicada el 6 de enero pasado nos referíamos al aporte económico que el patrimonio arquitectónico ofrece a una ciudad.»
«Una de las dimensiones económicas que mencionábamos era el valor de existencia, esto es la posibilidad de capturar los beneficios que genera un inmueble o área patrimonial por el solo hecho de existir, más allá del aporte que representa su utilización en forma directa o indirecta.»
«Mencionábamos como ejemplo las empresas multinacionales que analizan la calidad de vida en la ciudad donde instalarán su sede y toman en cuenta la belleza y calidad arquitectónica del destino.»
Amparo, ley nacional e insistencias
«El CAAP se niega a dejar de quebrar la ley, el Quartier de San Telmo recibe un amparo y el patrimonio empieza a caminar a nivel federal.»
Vidt y Paraguay, condenado a ser demolido por el CAAP por razones misteriosas. Los consejeros consideraron que no vale la pena preservar este edificio y lo “desestimaron”.
«El truco consiste en que por cada edificio recomendado a catalogar se autoriza, sin que nadie lo pregunte, la demolición de varios otros. La proporción es demoledora, de a docena por cada catalogable, que nada casualmente suelen ser edificios grandes, que no corren peligro porque demolerlos no es rentable para los especuladores. Las razones que se aducen llegan a lo pueril: se cambió una ventana, se pintó la fachada, se hizo un local en planta baja. Los consejeros se refugian en que catalogar es algo así como un premio y no hay que dárselo a los que cambiaron un edificio. No entienden ni quieren entender que la catalogación es una manera de proteger edificios y eventualmente forzar su restauración.»
El Quartier
«El amparo explica en números el bodrio: 30 mil metros cuadrados sobre 27 pisos, a casi 90 metros de altura, sin estudios ni inversión en las redes de servicios de un barrio básicamente de casas bajas. (…) Construir una mole así le va a cambiar el carácter a San Telmo de un modo definitivo, sin retorno, lo que quiebra la Constitución porteña. En resumen, lo que plantea Basta de Demoler es que la obra nunca debió ser autorizada y que ese permiso debe ser revocado.»
«Los apelantes explican al juez que el daño que causa este tipo de contaminación no tiene arreglo, afecta los derechos adquiridos de los vecinos que ya viven en el barrio y resulta una violenta imposición de los intereses de unos pocos sobre los derechos de muchos.»
«Para pedir el revocamiento del permiso de obra, Basta de Demoler denuncia que la Ciudad no hizo los estudios ambientales y por tanto se trata de un abuso de derecho, que no cumplió con su propio Plan de Manejo del Casco Histórico y que no debería haber permitido la obra simplemente porque la Legislatura está tratando la expansión del APH1 hasta Parque Lezama.»