«La ONG que más dolores de cabeza les da a los especuladores y a sus cómplices en el gobierno porteño se tomó la noche para festejar. Fue en el jardín del convento de Santa Catalina, con un clima perfecto, y por una vez conmemorando y celebrando lo logrado en cinco años de existencia formal, alguno más como grupo en formación, pero ya dando pelea.
Basta de Demoler se mereció la fiesta y se merece todas las felicitaciones. El grupo nació espontáneamente en la causa de frenar la desaparición de La Mutual, en Callao entre Paraguay y Marcelo T. de Alvear, que incluyó una de las primeras manifestaciones públicas por el patrimonio. El evento liminal vino poco después, con el caso de la Casa Bemberg, que sentó jurisprudencia frenando al Ejecutivo mientras el Legislativo no se expidiese respecto de las catalogaciones. Para fines de ese 2007, el recién estrenado Mauricio Macri se encontró con que estos locos preservacionistas eran un factor a aplacar, con lo que aceptó y mandó a votar la Ley 2548 que había redactado la otra parte de la ecuación, la entonces diputada Teresa de Anchorena.
Lo notable de Basta de Demoler es que casi desde el primer momento se planteó como un grupo dedicado a toda la ciudad, con lo que se fue ganando un lugar de coordinación y consulta de grupos de Buenos Aires y, cada vez más, del país. Por eso la ONG está en una etapa de organización, buscando oficina, pensando en mejorar su sitio web y reclutando profesionales que entiendan cómo se arman estas cosas. La fiesta del miércoles fue también una presentación de esta etapa y un aviso de que hay que aportar para que Basta de Demoler crezca.»