Un parate a la “cultura” (Página12)
Fue un fallo realmente impecable y lúcido que corrigió doctrinariamente el quiebre de la primera instancia, anticuada y lenteja. La cámara porteña no sólo les dio la razón a los que pedían un amparo para que la casa de Evaristo Carriego no fuera destruida y ordenó el freno inmediato de las “obras”. El escrito legal además razonó con tino, tomó el concepto más moderno y rápido de preservación del patrimonio del que disponemos en esta Buenos Aires y dejó al descubierto qué agachada es que un ministro de Cultura ordene y pague un acto de vandalismo. Nada mal.
El amparo fue pedido por Marcelo Charlon, María Cristina Souto, Ricardo Castañeda y Mónica Capano, lo que quiere decir que fue pedido por los vecinos de Palermo, por el Consejo Consultivo de la comuna 14 y por el Observatorio de Patrimonio y Políticas Públicas, con el patrocinio de Pedro Kesselman, un patriota de estas causas. Formalmente, pedían el inmediato cese de las tareas adjudicadas por la licitación pública 2119/12 que afectaba la Casa de Evaristo Carriego, en la calle Honduras 3784, también conocida como Casa de la Poesía y como Biblioteca Pública del sistema municipal. También pedían que si se habían iniciado tareas de demolición o remodelación, se retrotrajera el edificio a su condición original, antes del desmán.
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