Construida para Guido Di Tella en 1968, esta casa, ubicada en la calle Arribeños 1308 del barrio de Belgrano, es un símbolo de la arquitectura moderna del llamado estilo “brutalista”.
Se llevaron a cabo varios intentos para preservar el inmueble patrimonial: durante el año 2008 la ex Diputada Teresa de Anchorena presentó un proyecto de ley (disponible aquí) para su catalogación. Sin embargo este proyecto perdió estado parlamentario.
Durante este año, el Dip. Patricio D Stefano presentó un proyecto que “propone la catalogación de un conjunto de edificios próximos a la Abadía de San Benito e incluye ejemplos de variadas corrientes estilísticas.” (disponible aquí)
Dentro de este conjunto se propone que el inmueble sea protegido a nivel estructural. A pesar de este proyecto de ley, la Casa Di Tella no se encuentra dentro del catálogo preventivo.

Texto publicado por Basta de Demoler el 16 de Febrero de 2008
Tal como explicó el Arq. Justo Solsona desde el suplemento de Clarin Arquitectura, “en edificaciones como éstas, que constituyen parte de nuestro acervo cultural, debe entrar en juego el concepto de intervención para manterner vigentes edificios que pudieran cambiar sus destinos funcionales pero sin modificarse arquitectónicamente, conservando su espacio, la materialidad, etc”.
ASPECTOS TÉCNICOS (Extraído del Proyecto de ley Dip. Anchorena)
En 1968 Guido Di Tella (impulsor del Instituto Di Tella) encargó su propia vivienda a Clorindo Testa, quien se asoció a Irene van der Poll y Luis Hevia Paúl. Di Tella estableció sólo dos condiciones: el tipo organizativo de la casa, contar con un estudio privado con acceso independiente y un depósito para cuadros y que la obra debía alojar la heterogénea colección de arte del dueño.
Se terminó de construir en 1970 en una superfice total de 838.8 m2. Se organizó detrás de un frente tapia, de hormigón y con el orificio de la puerta bien acusado. Según Testa el uso del hormigón responde principalmente a la decisión de determinar una fachada sin ornamentos, limpia, austera, compacta, y a la vez violenta y silenciosa.
El límite entre el exterior (la ciudad) y el interior (los espacios de la vivienda) es contundente y no representa ambivalencias.
Una vez en el interior, los espacios se organizan alrededor de patios sucesivos. Participan así de una de las características de la casa porteña tradicional, pues la obra resulta una especie de metáfora de la casa chorizo, con dos patios centrales y uno al fondo.
Los patios, espacios de articulación a cielo abierto, asume un carácter protagónico y son interceptados y modificados por pasarelas.
El vacío en relación al lleno argumenta el carácter del proyecto. Esta contraposición se mantiene en el uso de los materiales. El hormigón, lleno de materia, se refleja en el continuo muro de vidrio, vacío y transparente.
Todas estas cuestiones ayudan a conformar un especialidad cálida e intimista.”
Esta residencia, probablemente una de las últimas en clave brutalista, es una de las pocas obras en este estilo todavía no destruida (Edificio Diario la Nación), alterada (Banco de Londres) o desfigurada (sucursal del mismo banco en Santa Fe y Junín, actual edificio de Telefónica en Corrientes y Maipú, Banco Ciudad). “el brutalismo aquí se expresa como un movimiento reformador que, unido a los principios del funcionalismo, conduce a la superación de muchos convencionalismos y produce una sana evolución dentro de la Arquitectura Moderna.”
Más información:
Casa Di Tella, porqué protegerla
Según encuesta de SCA, 90% de sus socios considera que la Casa Di Tella de Clorindo Testa es un ejemplo a preservar:
La casa Di Tella de Clorindo Testa. su Transformacion: Opiniones de los Socios SCA y Proyecto de Ley de Catalogacion