El bloque oficialista en la Legislatura pinchó la renovación de la ley de patrimonio. Hubo gritos y discusiones para disciplinar el bloque. La amenaza de destrucción que se abre este mes.
Como mínimo, la orden de Macri nos presenta un verano en que caerán edificios a izquierda y derecha, de modo de despejar terrenos para los especuladores. Tres o cuatro meses de piqueta libre significan fortunas inmobiliarias, un colchón de lotes muy valioso.
La idea de máxima es realmente inquietante: que nunca más haya una ley como ésta. No sólo volveríamos a los tiempos silvestres de la demolición por ventanilla, donde el aspecto patrimonial literalmente no existe, sino que quedaría en el aire todo lo admitido hasta ahora por el CAAP. Esos edificios no fueron todavía catalogados, la ley que creó el trámite no existe más, las empresas reclaman su liberación con abogados… El resto puede imaginarse.+