Basta de Demoler y una vecina y miembro de la Junta Comunal 1 lograron que la Justicia porteña amparara en firme el pobre convento de Las Victorias, ya desguazado y destripado. El lindo edificio de la esquina de Libertad y Paraguay fue desactivado por la curia y entregado para que hicieran una torre de oficinas particularmente fea y olvidable, el tipo de cosa que hoy está de moda y parece tendencia, pero en poco tiempo parece el peinado de la década pasada.
Los dueños de la obra no son gentes impresionables, se ve, porque la presidenta de Basta de Demoler y la abogada patrocinante, Amparo (excelente nombre para una amparista) Casasbellas, fueron de inmediato a la obra y presentaron copia del amparo sin que les dieran bolilla. Para su mérito inolvidable, la jueza Patricia López Vergara fue en persona y con policías al lugar, y ordenó parar. Ahora empezarán las quejas y las apelaciones, con la empresa y sus aliados –CPAU y demás– protestando porque así no se puede trabajar, porque no puede ser que les paren las obras. Lo que invitará la pregunta a los gerentes de las firmas involucradas: ¿en serio creían que iban a destruir un convento victoriano en buen estado, y catalogado con todo, sin que nadie protestara? ¿En serio? Basta ver el render y el dibujo para darse cuenta de lo abrasivo del proyecto que se para arriba y hasta afecta la iglesia sobre Paraguay, reduciéndola a maqueta.