«Otra vez llega fin de año y hay que desvelarse por la Ley de Patrimonio, que vence el 31 de diciembre. El diputado Martín Hourest pidió que se trate de modo preferencial en la sesión del 17 de noviembre, para que no queden en el limbo más de tres mil edificios representativos y se caiga el flojo pero real sistema de trámite especial en el CAAP.
La ley original era la 2548, presentada a fines de 2007 por Teresa de Anchorena, que fue renovada en 2009 con la 3056 de Patricio Di Stefano. Así se fue frenando un tanto la piqueta, se ganó tiempo y se impuso la idea de que los edificios patrimoniales anteriores a 1941 tienen un valor intrínseco más allá de los metros que autoriza el código en tal o cual parcela. A falta de una ley permanente, con una entidad que en serio evalúe los pedidos de demolición y con una reforma del Código de Planeamiento Urbano que cierre esta etapa, la ley es indispensable.»