La deteriorada imagen del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP) –con algunas honrosas excepciones, como las de la secretaria general de la Comisión para la Preservación Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, la licenciada Mónica Capano– refleja el estado de ausencia en el que se encuentran los organismos de patrimonio porteño, que han perdido prestigio y potencia en los últimos años.
La Comisión de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico de la Legislatura nació en 2005, luego de que la entonces diputada y primera presidenta de ese órgano parlamentario, Teresa de Anchorena, les propusiera la creación a sus pares. En los primeros cuatro años de funcionamiento no sólo logró consolidarse como espacio institucional dentro de la propia Legislatura sino como interlocutor con el Poder Ejecutivo y con las organizaciones de ciudadanos, e impulsar más leyes patrimoniales que todas las aprobadas en los diez años anteriores desde que fue sancionada la Constitución local.