Hoy, 5 de septiembre a las 17 hs la Red de Organizaciones por la Defensa del Patrimonio Urbano y Ambiental convocó a Tomar el Té en la Confitería Richmond.
La misma cerró sus puertas hace un año, y la Ciudad perdió uno de sus íconos: un lugar reconocido como refugio de poetas y escritores, en donde Baldomero Fernández Moreno, Enrique Cadícamo, Borges, Oliverio Girondo y Leopoldo Marechal, entre muchos otros, se sentaban a pasar el rato, a escribir y, claro, a tomarse un cafecito. Fue inaugurada en 1917 y 95 años después su historia quedó envuelta en un conflicto que aún tiene final incierto.
Lo cierto es que la confitería ya formaba parte de un listado de 600 edificios con protección cultural –ley 2.548–, era un “bar notable” de la Ciudad y, en medio del conflicto que se hizo público, fue declarado “sitio histórico” por la Legislatura. En junio, la justicia hizo lugar a una acción de amparo de la legisladora María José Lubertino (FPV) y determinó que “no se podrá tomar ninguna medida de enajenación, transferencia, modificación o destrucción del edificio sin la autorización expresa y fundada” del Ministerio de Cultura porteño.