Los dueños del Cine Gaumont se niegan a renovar el contrato con el Incaa. Como se sabe, el viejo cine es hogar del espacio Km0, dedicado exclusivamente al cine nacional, y también de esa institución argentina que es el Cine Club Núcleo, cuyos socios se hicieron escuchar. También hablaron el defensor adjunto del Pueblo porteño, Gerardo Gómez Coronado, y la titular de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico y Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, Mónica Capano, que ya había emitido un dictamen a favor de preservar el cine.
El detalle más relevante del proyecto del diputado Juan Cabandié es que propone que el Gaumont tenga protección estructural, lo que implica preservar sus interiores y no sólo su fachada. La sala apenas perdió una parte de su pullman, donde se construyeron dos microcines, pero preserva uno de los ya raros espacios grandes donde ver películas “a la antigua” que nos quedan. Dentro de poco, esta experiencia de pantalla grande será tan rara que habrá que llevar a los chicos para que la vivan…
El grado estructural implica, nuevamente, conservar el uso como cine. Si tuviera apenas cautelar, conservando la fachada, sería factible destruir el cine y hacer un estacionamiento, como se busca. Los cambios internos desde el original no obstan para que el Gaumont reciba este grado de protección y siga funcionando como cine. La problemática del uso de los lugares patrimoniales aparece también en el proyecto de los radicales Campos y Pressman, que no fue debatido este miércoles, que busca directamente preservar el uso de la confitería Richmond. Es una situación mucho, mucho más complicada y el debate futuro permitirá matizar y enriquecer el tema, manejado bastante ramplonamente desde el gobierno porteño.