La decisión había sido anunciada hoy temprano por el secretario gremial gastronómico de la Capital Federal, Armando Rivera, quien relató que al llegar hoy a su trabajo los 12 empleados de la Richmond se encontraron con el local vacío y el faltante de sus pertenencias personales.Según el gremialista «los trabajadores tienen la información de que el local se vendió a una cadena norteamericana que fabrica zapatillas en un monto cercano a los 9 millones de dólares».
Parla dijo que «ninguna de las personas que conforman la sociedad anónima dueña del bar dio la cara».
«Nos engañaron y despojaron de todo», dijo Luis Alberto Angel, un trabajador con 40 años en la empresa, quien reclamó «que alguien se haga cargo de esta situación».
Para Parla, «nada quedará resuelto hasta que los trabajadores cobren del primero al último peso de la indemnización al ciento por ciento y la totalidad de los aportes jubilatorios».
El dirigente indicó que «se trata de un dinero importante, habida cuenta de que varios empleados tienen 40 años trabajando en la confitería. Mientras tanto, seguiremos en asamblea permanente y con la toma del lugar».
En tanto, el Defensor del Pueblo Adjunto de la Ciudad de Buenos Aires, Gerardo Gómez Coronado, adelantó a Télam que enviaron una recomendación al Ministerio de Cultura porteño para que aplique «en lo inmediato» las leyes 35 y 1227 «y así evitar el cierre de la confitería, tal como se hizo en el 2006 para proteger el Bar Británico y el Gato Negro».
El funcionario explicó que la ley 35 es la que crea la Comisión de Protección y Promoción de bares notables y la 1227 establece el régimen de protección del Patrimonio Cultural de la Ciudad «en el cual está incluída la Richmond sin necesidad de esperar que el Ejecutivo promulgue el proyecto votado la semana pasada en la Legislatura y que declara de interés histórico el lugar».
El viernes último un grupo de vecinos realizó un abrazo simbólico a la confitería reclamando por su preservación.