
Esa nueva corriente dio origen a grandes obras y sirvió también para revalorizar la preservación, para las generaciones posteriores, de todo aquello que testimonie la historia de todos los días en un barrio, en un pueblo o en una gran ciudad. Es lo que ahora se conoce como «patrimonio cultural tangible e intangible» y que, afortunadamente, comienza a tener numerosos cultores en nuestro país.
Nota completa en LA NACION :
http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=988250&origen=amigoenvio