Según Télam, Parrilli se lamentó de no haber podido concretar el encuentro entre dirigentes comunitarios y los técnicos «antes de que la incontinencia del gobierno porteño hiciera explotar este asunto en los medios de mala manera y sin fundamentos».
En rigor, fueron las entidades defensoras del patrimonio Basta de Demoler y Salvemos las Estatuas las que dieron visibilidad al tema, mediante la interposición de recursos de amparo en contra del traslado; una de esas cautelares prosperó y ordenó al gobierno nacional frenar las tareas. Luego, varias entidades de la colectividad también acudieron ante la Justicia.
Parrilli enfatizó ante una docena de líderes de la colectividad que la Casa Rosada no «está escondiendo a Colón, sino valorizándolo, poniéndolo en un lugar que lo sitúa en un contexto histórico». El resultado de la reunión tuvo repercusión en Italia, donde algunos medios analizaron el tema con un detalle pormenorizado de la polémica.
La delegación italiana estuvo encabezada por Luigi Pallaro, presidente de Feditalia, y Francisco Nardelli, vicesecretario general del Consejo de Italianos para América latina. También participaron Graciela Laino, presidenta del Comité de los Italianos en el exterior; Darío Signorini, de la Federación Italianos en Argentina (Fediba); el presidente de la Asociación de ex Combatientes, Manfredo di Montezomolo, y el dirigente Fabio Borroni, quienes, si bien expresaron su vocación de llegar a un acuerdo, manifestaron su anhelo de que el monumento «permanezca donde está», detrás de la Casa Rosada.