La iniciativa incorpora conceptos de preservación muy actuales y establece el marco de protección del patrimonio histórico, antropológico, etnográfico, arqueológico, paleontológico, artístico, arquitectónico, urbanístico, paisajístico, científico, bibliotecológico, museológico y el patrimonio cultural vivo, dejando abierta la posibilidad de sumar otros criterios que se adopten en el futuro.
Prevé la posibilidad de que la autoridad de aplicación –la Secretaría de Turismo y la de Cultura provincial– requiera el auxilio de las fuerzas de seguridad para cumplir con su mandato de protección, y obliga a éstas a intervenir de oficio en caso de tomar conocimiento de un daño al patrimonio protegido.
También crea mecanismos de financiamiento genuino estableciendo un Fondo de Patrimonio Cultural-Natural conformando, entre otros recursos, por el 5 por ciento afectado al cuidado del Patrimonio Cultural-Natural por la Ley Provincial de Fomento y Promoción para el Desarrollo Turístico.