En el estado en que está el monumento, la remoción de los sillares llevará indefectiblemente a su destrucción, la que en muchos casos será irreversible. Esto, porque operativamente será muy difícil volver a vincular los pequeños trozos de mármol, generados en el proceso de fracturación de las piezas al desmontarlas. Recordemos que al hacerlo se generarán esfuerzos de tracción sobre un material friable, que no está naturalmente preparado para ello y que, además, ha perdido buena parte de su resistencia.
Por Por Marcelo L. Magadán
Arquitecto, Master en Restauración de Monumentos Históricos, Especialista en Gestión de Conservación.