Esta semana apareció en el Boletín Oficial porteño la Ley 4104, que modifica el Código de Edificación y sigue la legislación federal que protege los teatros. La nueva ley de la Ciudad obliga a quien demuela un teatro o cine-teatro a construir en el nuevo edificio uno semejante, de igual superficie de escenario y camarines, y el noventa por ciento del número de butacas original. La legislación permite dividir estos totales en varias salas y da un plazo de un año calendario para que se haga la obra nueva. La idea de esta ley es salvar un problema mayúsculo que presenta la versión federal, que fue sancionada en 1959 y jamás fue reglamentada, con lo que es muy difícil de hacer cumplir. Esto explica los dos formidables baldíos que muestra el Centro, los dos sobre la avenida Corrientes y los dos marcando sendos teatros demolidos frívolamente. Uno es el del Odeón, en la esquina de Corrientes y Esmeralda –donde cualquier cacatúa sueña con el talento de Bustillo– y el otro es el del Politeama, en Corrientes al 1500.
Feb
15