«Esta semana cerró una vieja farmacia en la calle Pichincha, a la vuelta del mercado Spinetto, una zona de patrimonio creado por la clase media en ascenso de otras épocas. La farmacia era una belleza de ese momento, con mueblerías Art Noveau de buen roble, vidrierías y esos frascos tan de anticuariado. El comercio cerró sus puertas por simple vejez del dueño y porque nadie en su familia quería seguirlo, parte de los ciclos normales de la vida. Lo curioso fue que el cierre de una farmacia de barrio terminó en todos los medios y con mucha televisión, una muestra de qué tan instalado está el patrimonio en la agenda porteña.»
Tres de patrimonio , Pàgina 12.