El juez Cataldo aseguró que “es imperioso actuar preventivamente para evitar que, como en otras épocas, la Ciudad quede a merced de la especulación inmobiliaria, que no sólo perjudica la materialidad de nuestro hábitat, sino también su historia y sus tradiciones, convirtiéndola en un conjunto de bloques de cemento sin alma ni memoria, del que en definitiva son víctimas sus propios habitantes, es decir, nosotros mismos”.
Los abogados patrocinantes, pertenecientes a abogados ambientalistas de la Ciudad afirmaron que «este es un fallo ejemplar que se suma a otros similares como el que obtuvieron los vecinos de Villa Pueyrredón y de Belgrano R, entre otros”.